“Sabemos cómo se manejan las cosas ahí dentro: 100 mil pesos es lo mínimo que los concursantes pagan para obtener los reactivos”, dice.

Hay intermediarios de poco pelo: administrativos, auxiliares o secretarios de los jueces o magistrados que conforman los comités o comisiones del concurso y que tienen acceso a los reactivos, pero resulta muy difícil de creer que los altos mandos del Instituto y del Consejo de la Judicatura desconozcan el modo de operación.

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